sábado, 10 de abril de 2010

EL POSTMORTEM BLISS DE UNA BAILARINA EN UNA PECERA


Siempre hemos escuchado sobre muertes de hermosas bailarinas, por flacas, por drogas o por...bailar, estoy seguro que nunca han escuchado la muerte mi una bailarina en un pecera, y menos si esta muerte es debido a exceso de comida.

Era una tarde soleada, muy soleada, quizá de enero o de diciembre, pero era de una de esos meses que uno no sabe la hora, el día, el mes o hasta el mismo año, y el sol acompañado de altas temperaturas es lo característico del día. Ella llego a la casa y de inmediato fue el centro de atención o al menos mio si fue, daba vueltas y vueltas como si hubiese practicado esa coreografía toda la vida, era perfecta sin un solo error, donde estuviera en un concurso de baile la descalificarían por estar en un nivel superior a las demás bailarinas ella era brillante y muy naranjada tan tan naranja que sentía ganas de pintar toda la casa de ese color.

Las instrucciones eran muy claras, dos porciones dos veces al día, y al cambiarla de agua dejarla reposando por lo menos un día, eran instrucciones claras para toda la casa. Siempre que iba a la sala la mirada bailar, pero la notaba extraña, como triste, sola, deprimida quizá, siempre que salía de mi casa pensaba en la tristeza que ella sentiría dentro de esa pecera, sola sólo mirando su reflejo en el espejo. Una tarde después de una jornada quien sabe en donde regresé a mi casa y mi hermano me contó una historia increíble, casi bíblica; parecía más una historia de griega escrita por Homero. Resulta que mi hermano menor le dio comida a la bailarina, ella no la rechazó y comió muy feliz su bocado, al parecer mi querida madre no se percató, no preguntó ni se le pasó por la cabeza; si alguien la había alimentado, y amablemente sacó de la bolsita dos bolitas como es costumbre de su alimento y la bailarina feliz se los comió, quizá pensó que era una fiesta familiar y ese día podía comer todo lo que quisiera, un rato después mi hermano el del medio vio que la bailarina estaba pancita arriba, le pareció curioso que ella estuviera en esa posición y de repente llegó a su mente esa famosa escena en la que Nemo se puso pancita arriba y engaño al odontólogo, mi hermano estaba seguro que la bailarina no lo estaba engañando, que no era un juego además ella es bailarina no actriz, y corrió como nunca hacia ella, llamó a mi madre y ella inmediatamente calentó un poco de agua en el microondas, mi hermano sacó a la bailarina de su pecera, que ahora era su tumba; y la paso al otro recipiente con agua; de inmediato la bailarina volvió en si, asustada por no estar en su casa de costumbre y siguió nadando como si no hubiese pasado nada, como si la muerte fuese un juego.

Ahora ella nada feliz en su pecera, un poco estrecha por decidí comprarle un novio,una bailarina siempre necesita un buena pareja, no sé ella que habrá sentido en esos segundos, pero si estoy seguro que ella ahora esta viviendo su POSTMORTEM BLISS. ¡Ah! se me olvidaba mis peces tienen un problema de identidad.

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